Hay muchos agricultores que tienen miedo de realizar una poda de renovación. Sin embargo, nuestra experiencia nos dice que, a menudo, retirarle una rama al olivo para renovársela, lejos de perder producción, lo que genera es un incremento de esa producción. Lo vemos en este vídeo, en una finca que llevamos gestionando un par de temporadas.
Se trata de un olivar picual de unos 30 años aproximadamente, de marco 9×9. Cuando llegamos, nunca se le había hecho una poda de renovación. El olivar tenía ramas muy largas, con fuertes defoliaciones, bajos crecimientos y poca producción. Observamos que el volumen de copa estaba por encima de lo que necesitaba la finca y las maderas que tenía eran maderas muy viejas, básicamente las mismas maderas originales de la finca. Los propietarios pensaban que, al quitar ramas gruesas, el olivo se quedaría desprotegido y no tendría cosecha.
En el vídeo, te muestro cómo se encuentra esta finca en la actualidad y la cosecha que tiene después de ajustarle el volumen de copa a los medios de la finca, que, como vemos es abundante.
La conclusión es la siguiente: no tengáis miedo a cortar una rama, porque aunque le quitáis una parte de la copa, mientras se renueva, el olivo lo que hace es tener mucha más fuerza y muchos más recursos para echar la aceituna en el resto de copa que queda. Lo que hace es aumentar la producción media por hectárea, porque no solo estás consiguiendo que la flor cuaje seguro, sino que, la aceituna está fresca, con poca agua y encima los rendimientos son bastante mejores.
La poda se trata de, por un lado, reducir madera, aumentar la relación hoja-madera y lo más importante es adecuar el volumen de copa a los recursos hídricos y al suelo que se tiene. La mejor manera de adaptar el volumen de copa, en la mayoría de circunstancias, no en todas, es hacer cortes de renovación y empezar a renovar el olivo. Poco a poco ir renovando ramas y ramas y ramas para ajustarlo al volumen de copa óptimo de la parcela.
Te lo explico todo en este vídeo.